Y aunque te venga en chiste, la verdadera cuestión es, ¿quién le dio tan alto puesto?
Quien más sino el controversial Calígula, Cayo Julio César Augusto Germánico. Este emperador romano eligió a su caballo preferido, Incitatus, como cónsul de su ejército.
No podemos afirmarlo pero quizá hasta fuera Incitatus quien dirigió la batalla contra el dios Neptuno. Lo cierto es que Calígula paso a la historia como un personaje muy odiado, ya que era tremendamente despiadado y salvaje; adoraba las torturas pausadas y ordenaba despedazar a los “ciudadanos inútiles” para que sirvieran de alimento a las fieras salvajes.
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